sábado, 10 de marzo de 2012

Guión 648: Retales de sueños.

Me desperté cuando escuche el sonido de la ducha precipitarse sobre el suelo. Me incorporé en la cama con los ojos aun medio abiertos. El sol se colaba de forma delicada entre los huecos de la persiana, y  su claridad dejaba ver el pequeño caos que había en mi cuarto. Ropa esparcida por el suelo, papeles, libros, una caja de pizza en el escritorio de hacía dos noches..Me rasqé los ojos, bostecé. El dolor de cabeza me invadió repentinamente. Me había olvidado completamente del motivo qe había hecho qe me despertase: la ducha. Dí vueltas en la cama a un lado, al otro, me esparcí entre las sabanas enredándome en ellas, tratando de recordar algo de la noche anterior. Imágenes en blanco, peqeños flashbacks sin sentido; como todas las mañanas de domingo. Me vino un olor estraño, como a flores. Lo ignoré. Entonces, en una de mis volteretas por la cama algo se me enredó en el pie. Un sujetador de encaje negro. Pegué un brinco en la cama y me acordé de pronto del sonido de la ducha. Me dirigí al baño, donde había alguien cantando.La puerta del baño se abrió antes de qe yo reaccionase, y al otro lado unos preciosos ojos negros cubiertos de rímel esborronado se asustaron.
+Oh, perdon, no qería despertarte. Yo ya me iba, solo qe necesitaba una ducha antes. Yo..eh..perdon..-Dijeron los ojos.
-..No pasa nada.-Les contesté.
Por primera vez en mi vida había hecho un pleno estando borracho. Esos ojos negros eran preciosos, con expresividad y dulzura. Transmitían amor. Pero los ojos no eran lo mejor de la chica. El pelo mojado se pegaba a lrededor de su cara, goteando. Deseé ser una de aqellas gotas.
+Bueno..Yo..Me voy ya y te dejo tranqilo, vale?mmm voy a vestirme. -dijo timidamente.
-No me molestas. Si qieres puedo invitarte a desayunar.- le propuse.
+Son las 4:30 de la tarde, pero gracias-se rió. Al menos había hecho qe se riese.-Me iré a mi casa no te preocupes.
Otro flashback golpeó de nuevo mi mente. No recordaba su nombre, pero si haberle dado un beso en la puerta del último bar al qe había entrado. Recordaba su cuerpo en mis manos, sus caderas moviéndose, sus dientes por mi cuello, sus uñas por mi espalda y sus piernas en mi cama. Oh si, la noche anterior me había coronado. Pero había algo mas en aqellos ojos qe me había llevado a acostarme cn ella; no solo había sido sexo.
Ella ya se había puesto sus shorts negros y la chaqeta de lepardo; y el pelo alborotado y mojado se le pegaba en la cara.
+Bueno.. me voy..
-Puedo llamarte luego?-le dije.
Se me qedó mirando fijamente y despues entornó los ojos en una mueca de dolor. Tragó saliva.
+Creo qe ya hablamos muchas veces de esto, cariño. Seguimos siendo los mismos, y ni las circustancias ni nosotros mismo hemos cambiado. No hay nada qe hacer. Simplemente esto no debería haber pasado.- dijo ella.
Me había qerido engañar, pero no. Era verdad. Seguiamos siendo los mismo y ella tenía razón. Era un estúpido soñador. No podría remediarlo.
-Entiendo. Soy un error. Pues lárgate.- ¿porqe le dije aqello?En verdad no qería decirlo, las palabras vomitaron de mi interior sin yo qererlo
Me miró. Y esos ojos negros se inundaron de dolor, se inundaron...
+Eres un cretino estúpido y siempre lo serás. Te odio- me gritó con lágrimas en los ojos y llendo hacia la puerta.
-Ayer no decías lo mismo. Ayer no me odiabas tanto. Eres tan puta como siempre, no cambiarás- y ahi fue cuando hubiese preferido morirme mil veces antes de haberle dicho todo aqello.
A partir de ahi desconecté. Ella saltó, yo le seguí el juego, nos gritamos, nos insultamos, nos hicimos daño. Pero no recuerdo mas, mi racionalidad y mi corazón habian dejado de responder.

Y esta, es una de las muchas formas de cómo al final acabe perdiendo a la mujer de mi vida.




Jugábamos a hacernos daño, el peor juego de todos. El mejor.