viernes, 27 de diciembre de 2013

La mujer volcán.

Yo la vi besando las cervezas.
Ella era de ese tipo de mujeres con las que solo puedes soñar. Era ese tipo de especie en extinción que iba meneando su culo por los bares de copas con su pelo rubio oxigenado sin peinar. Sin haberla visto, notabas su presencia; aunque estuviese al otro extremo del bar. Era una de esas mujeres de las que ya no quedan que fumaba cigarrillos de liar y se dejaba sus labios marcados con carmín en todas las servilletas.
Yo la vi besando las cervezas, enamorándolas en cada trago que le daba a la botella. Era una mujer volcán, con tacones muy altos y demasiado carácter, alguien indomable que cree tener siempre la razón y que el único amor que conocen es el que conlleva dolor.
Yo me enamoré de ella, me enamoré de cada centímetro de sus tacones y de cada tono diferente de pintalabios. Yo, que siempre había estado acostumbrado a chicas monas (y no tan monas) con sus lazos de niñas buenas y su modestia.
De repente me vi encarando a la pantera, nariz con nariz, y estaba claro que iba a perder la batalla.
Ella se dejaba querer, y yo la quería. Yo lamia sus heridas y ella echaba sal en las mías. 
Y yo me enamoraba... me enamoraba....
Yo la vi besando las cervezas.
Y  a mi me abandonó como a ellas. 

jueves, 20 de junio de 2013

Borrador a parte.

Y allí estábamos, uno frente al otro. Sin decir nada. Ya no había mucho más que decir. Era uno de esos momentos en los que las palabras se agotan y solo quedan sentimientos.
Su mirada triste y distante me decía a gritos que le había echo daño y que me odiaba por ello.
La mía no se dejaba ver. Se ocultaba detrás de capas y capas de rímel y alguna que otra mentira que me había llegado a creer.
ÉL tragó saliva. Yo me humedecí los labios.
Ninguno de los dos estábamos dispuestos a dar el paso.
Si decíamos en voz alta aquello a lo que tanto miedo teníamos se convertiría en verdad, y la realidad vendría a clavarnos cristales en la cara y en el cuerpo entero. Millones de cristales diminutos que nos acabarían rompiendo.
- Has roto tu promesa.- Dijo ÉL casi en un susurro y con la voz rota.
¿Que se supone que debía contestar a eso?
- Sé que la has roto. Pero yo no. Y por eso estamos aquí. - Me miró, con más lágrimas en los ojos y me sentí la peor persona del mundo. Sí, había roto mi promesa y por eso él estaba llorando.
- Has roto tu promesa, por eso yo estoy llorando. - Me dijo, como si me hubiese leído la mente.
Se levantó y se fue con sus lágrimas.
Yo me quedé allí, mientras mis lágrimas intentaban traspasar las capas de rímel y las mentiras.
Entonces me di cuenta, la moneda había caído con el lado CARA hacia arriba.
Pero para entonces ÉL ya no estaba allí.
En realidad yo no había roto mi promesa después de todo.
ÉL había roto la suya.

Guión 495: Ami-enemiga.

Es curioso cómo los días más trascendentales de tu vida comienzan siendo días normales. 
Apagas el puto despertador, maldices las ojeras e intentas domar al pelo, que hoy le ha dado por ir a su bola. Te vistes. Sales corriendo de casa porque no llegas ni de coña a por el bus. Lo pierdes. 
Haces lo mismo de siempre. 
Siempre el mismo despertador, las mismas ojeras, el mismo pelo rebelde y pierdes el mismo jodido bus.
Es curioso, que en realidad los días que marcarán el resto de tu vida no empiezan de forma especial ni diferente a los demás. Venimos marcados de serie por la rutina. Esa apestosa ami-enemiga de la que hablamos mal pero en realidad echamos en falta cuando no está.
Y así, todos los días son iguales. Uno tras otro. Incluso los importantes. 
La única diferencia es cuando uno de esos días mientras pierdes o no el bus, ocurren cosas que te golpean.
(No nos engañemos, el 90% de las veces esas cosas están relacionadas con encontrar o perder a alguien.)
Todos buscamos esa situación que te marca y te hace ver los días menos monótonos. Unos la buscan mas desesperadamente que otros, pero casi siempre la encontramos.

miércoles, 3 de abril de 2013

Guión 35: Embriágate

Ella solía soñar con las hadas y el País de Nunca Jamás. Soñaba con irse volando y no volver nunca; pero en vez de eso, se levantaba cada mañana y salía a pelear la calle. Tenía miedo, mucho miedo; pero no sabía que era mas fuerte que toda esa mierda que sentía. Pisaba las baldosas del suelo con seguridad, con confianza; mientras el pelo alborotado se dejaba llevar por la suave brisa de la mañana.
Tenía la virtud de ver el mundo de otra manera, mas alegre, mas al estilo de los años 60 tras
 sus enormes gafas de sol & embriagada por el humo de un cigarrillo.
Toda la gente del barrio se giraba al verla pasar. Todas la envidiaban, todos la deseaban; mientras ella ignorab
a el mundo por completo & se emborrachaba de vida.
Era un espíritu libre, iba a donde el viento la llevaba, & esa calurosa mañana de julio la conducía al este. Se monto con su elegancia sobrenatural en el descapotable rojo & condujo hasta el fin de la tarde, en una playa; donde se sentó a ver la p
uesta de sol e imaginar que el mundo entero le pertenecía. Pero no, ella no sabía que el mundo entero le quedaba pequeño.



martes, 2 de abril de 2013

En tus sábanas.. Borrador.

La sintió retorcerse detrás de él en la cama, dando una vuelta y acurrucándose en las sábanas.
Se despertó. Y lo primero que notó fue eso, a ella dando vueltas en su cama.Sonrió & se giró para verla dormir. Para él era lo mas maravilloso que le había pasado hasta el momento. La tenía ahí  frágil, pequeñita  suave.. & en las sábanas que estaba retorciéndose eran las suyas. Pasó un dedo por sus labios muy suavemente. Ella hizo un gesto y protestó entre sueños. Él volvió a sonreír.
Sinceramente, a él ya le daba igual el motivo por el que había llegado a esa situación; no le importaba si había sido por las cervezas, por la confusión o por la soledad, solo le importaba que ella estaba en su cama otra vez. & haría todo lo posible para que volviese a estarlo.
Él se acurrucó de nuevo contra ella y la abrazó con delicadeza.

Guión 651: Fóllame.

Eran las 4 de la mañana. O las 5, a saber. Tampoco me importaba. El fresco de la madrugada me refrescaba del barullo atronador de la discoteca abarrotada. Necesitaba enfriar la cara y las ideas mientras el cigarrillo se consumía y escrutaba a lo lejos lo que parecía que iba a ser el amanecer. Todo estaba en calma, exceptuando la jodida música que se escuchaba a lo lejos. De pronto, alguien salió de la discoteca dando un empujón fuerte a la puerta, y con ella a mi. Me hizo despertarme un poco de la mezcla de alcohol y la situación bucólica.
Miré y era ella. Como siempre. Venía a rescatarme.
Se apoyó en la pared en el lado contrario de la puerta. Sacó un chestter del canalillo y gimoteó para pedirme el mechero. Tenía el rímel emborronado en los ojos, pero aun así, se podía ver a la perfección el color marrón agranatado de sus ojos.
-Una mala noche..- Susurré.
Ella me miró alzando las cejas.
+Las noches no son malas. Lo malo son las mañanas después de las noches.
Comenzó a hacer O con el humo del cigarro. Perfectos círculos de humo que iban creciendo hasta disiparse finalmente y consumirse con el frío. Acabó el cigarro, lo pisó, y comenzó a caminar. Vi su espectacular melena alejarse en medio de la noche, con su culo meneándose y las botas llenas de barro.
Fui corriendo tras ese culo que me pedía a gritos que le quisiera. Esta vez era yo el que tendría que salvarla a ella.
-Eh! Puedo ayudarte en algo, preciosa?- Le grite mientras corría detrás de ella.
+Si, por supuesto. Sería de gran ayuda en que los capullos como tu se alejasen de las zorras como yo. Gracias. - Me espetó. Y siguió caminando. Me quedé parado hasta reaccionar y volver a correr tras ella.
Vale, no necesitaba que la rescatasen, pero yo sí necesitaba que me rescatasen a mi. Y su culo seguía hablándome.
- Venga, que te hace pensar que soy un capullo?- Me puse delante de ella para impedirle avanzar.
+Que te follaría ahora mismo y te dejaría joderme la vida. Eres ideal para entrar en mis sábanas y en mi cabeza las veces que te apetezca. Pero hoy ya he tenido mi dosis de capullo con alguien que no me ha follado aunque sí me ha jodido la vida. -Me dijo riendo. Aunque sus ojos no mostraban lo mismo.
- Vale. Llámame la semana que viene y prometo ser tu capullo. Prometo que yo te follaré y no te joderé la vida.
+Eso prometiste la semana pasada, querido.
Me miró desafiante, me esquivó y siguió su camino; mientras su melena se enredaba con el alba y su culo me gritaba que me amaba.
Te necesitaba tanto, pequeña..

jueves, 7 de marzo de 2013

Guión 522: Cosa de guiones improvisados.

Que tu entres, vengas, me veas, calles.. Me mires, te acobardes. Me esquives, te enrojezcas.. sales.
Te vas y no vuelves, pero vuelves y me alegras. Te grito, en silencio,,
Sin quererlo querido queriendo quise..
En silencio, el eco. De tu mirada, un beso, un parpadeo. El deseo.
Deseo que sin desear deseé desearlo. Desear-te-nerte.
Aúllame los miedos a la luz de tus sombras.
Vuelves, me respiras..
Y digo...
-Perfecto.

Guión 648: Maldición.


Tristemente te acabas dando cuenta de que el alcohol no cura las heridas, los cigarros no borran las penas y el tiempo no acelera el olvido.
Sin embargo, tú te empeñas en contradecir a la experiencia, echándole un pulso a muerte que no puedes ganar, tratando de que reconozca que se equivoca y que el tiempo está de tu lado. Pero no, no seas iluso. El tiempo te dio la espalda en el último momento y estás solo en el combate.
Sin embargo necesitas aferrarte a algo, cualquier cosa que te ayude a alejarte de ella; de su pelo, de su estudiada silueta, de sus gemidos en la hora de la siesta, del dulce sonido de sus pies descalzos sobre el suelo…
El alcohol no cura, pero te nubla la mente. Los cigarros no borran, pero ayudan.
 Y tú te imaginas feliz en el antro del final de la calle mientras la camarera te restriega las caderas y te dices a ti mismo que ya la has olvidado.
Y yo miro como te arruinas la vida y como te sangra el alma. Y como ella sigue siendo la dueña de cada rincón de tu pecho.

¡Maldito su recuerdo!