jueves, 26 de enero de 2012

Peqeños bocetos de la memoria.

Regálame una rosa por cada mentira, un beso por cada grito, una noche junt a ti por cada noche sin ti, una sonrisa por cada sentimiento de culpa, una caricia por cada inseguridad, un perdón por cada fallo, una mirada, una buena palabra, comprensión..





Today, Tomorrow, Forever..

miércoles, 25 de enero de 2012

Guión 249: Teqila barato

Llegó a casa a eso de las 5 de la mañana. Buena hora ésa, para pensar y cambiar el mundo bajo los efectos del teqila malo. Tiró las llaves en algún cenicero de cristal, se qitó las botas azotándolas en la habitación y se dirigió a la terraza en sus shorts negros y su chaqeta de leopardo enorme mientras se agitaba el despeinado pelo rubio y hacía eses mientras caminaba. Se sentó y encendió un cigarro, mientras contemplaba la pureza de las estrellas y el resplandor frío de la luna. Dio un suspiro y se qedó mirando el paisaje celeste, y el contraste estravagante y estridente qe ejercía el resplandor de la ciudad abajo. Armonía y caos separados por una línea finísima qe dibujaba el horizonte. Armnía y caos.. como ellos. Aunqe no sabría decir exactamente cuál era cada uno. Dio otra calada al chestter y dibujó circulos en el aire al soltar el humo. No sabía porqé, pero se sentía vacia; como esa ciudad qe necesitaba del espíritu de la noche estrellada para poder existir. Ya ni el humo de sus cigarros la llenaba, ya ni el teqila barato la llenaba, ya ni su recuerdo la llenaba. Necesitaba mas, necesitaba sentirle, tocarle, besarle. Volver a recorrer su espalda milímetro a milímetro, qe le susurrase princesa entre sueños mimentras compartían almohada, colgarse de él, de su pelo, de sus labios.. Su recuerdo le qedaba peqeño & no podía saciar ya su necesidad. La mirada se le qebró con diminutos critales qe rodaron por su cara. Pensaba qe no le necesitaba, qe no era tan importante, qe podría con la situación, porqe su orgullo era demasiado fuerte, pero se había intentado engañar. Sabía qe le necesitaba a su lado de vuelta, y qe toda aqella mierda la estaba matando por dentro. 
Se durmió en la terraza, cuando el sol empezó a bañar suavemente la ciudad. Sus lágrimas eran evidentes en el rimel esparcido por la cara y el dolor qe había sentido por aceptarse débil; pero estaba orgullosa de si misma como no lo estaba desde hacía mucho, por haber conseguido reconocer su fallo. Había logrado hacer las paces consigo misma.

Guión 396: Café helado.

Era tarde cuando habíamos conseguido tomar la decisión; y ambos lo sabíamos. Estábamos uno frente a otro, con dos cafés entre ambos qe se enfriaban cada segundo qe pasaba qeriendo igualar la frialdad qe había entre ambos. Nunca nos habíamos encontrado en esa situacón, y nunca nos habríamos imaginado tener qe estar haciendo eso. El protocolo y lo correcto era algo qe no nos caracterizase a ninguno, como tampoco lo era la seriedad ni las buenas formas; y contra todo pronóstico estabamos tratando de expresarnos, de transmitirnos mutuamente lo qe sentíamos y cómo lo sentiamos. Pero, despues de todo, eramos conscientes de qe no servía para nada. Ya no eramos los mismos, no eramos aqel repugnante punky ni aqella niñata pija qe se amaban sin medida y cn pasión. Algo había cambiado, aunqe mis manos siguiesen temblando cuando me miraba de aqella forma y su cresta siguiese tan perfecta como siempre. Solo eramos dos extraños frente a tazas de café qe trataban de recordar un tiempo mejor, un tiempo en el qe se amaban, cuando podrían haber hecho arder esas tazas de café con solo un cruce de miradas y una sonrisa cómplice.. Pero los cafés ya estaban helados.