Que tu entres, vengas, me veas, calles.. Me mires, te acobardes. Me esquives, te enrojezcas.. sales.
Te vas y no vuelves, pero vuelves y me alegras. Te grito, en silencio,,
Sin quererlo querido queriendo quise..
En silencio, el eco. De tu mirada, un beso, un parpadeo. El deseo.
Deseo que sin desear deseé desearlo. Desear-te-nerte.
Aúllame los miedos a la luz de tus sombras.
Vuelves, me respiras..
Y digo...
-Perfecto.
jueves, 7 de marzo de 2013
Guión 648: Maldición.
Tristemente te acabas dando cuenta de que el alcohol no cura
las heridas, los cigarros no borran las penas y el tiempo no acelera el olvido.
Sin embargo, tú te empeñas en contradecir a la experiencia, echándole
un pulso a muerte que no puedes ganar, tratando de que reconozca que se equivoca
y que el tiempo está de tu lado. Pero no, no seas iluso. El tiempo te dio la
espalda en el último momento y estás solo en el combate.
Sin embargo necesitas aferrarte a algo, cualquier cosa que
te ayude a alejarte de ella; de su pelo, de su estudiada silueta, de sus
gemidos en la hora de la siesta, del dulce sonido de sus pies descalzos sobre
el suelo…
El alcohol no cura, pero te nubla la mente. Los cigarros no
borran, pero ayudan.
Y tú te imaginas
feliz en el antro del final de la calle mientras la camarera te restriega las
caderas y te dices a ti mismo que ya la has olvidado.
Y yo miro como te arruinas la vida y como te sangra el alma.
Y como ella sigue siendo la dueña de cada rincón de tu pecho.
¡Maldito su recuerdo!
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