miércoles, 3 de abril de 2013

Guión 35: Embriágate

Ella solía soñar con las hadas y el País de Nunca Jamás. Soñaba con irse volando y no volver nunca; pero en vez de eso, se levantaba cada mañana y salía a pelear la calle. Tenía miedo, mucho miedo; pero no sabía que era mas fuerte que toda esa mierda que sentía. Pisaba las baldosas del suelo con seguridad, con confianza; mientras el pelo alborotado se dejaba llevar por la suave brisa de la mañana.
Tenía la virtud de ver el mundo de otra manera, mas alegre, mas al estilo de los años 60 tras
 sus enormes gafas de sol & embriagada por el humo de un cigarrillo.
Toda la gente del barrio se giraba al verla pasar. Todas la envidiaban, todos la deseaban; mientras ella ignorab
a el mundo por completo & se emborrachaba de vida.
Era un espíritu libre, iba a donde el viento la llevaba, & esa calurosa mañana de julio la conducía al este. Se monto con su elegancia sobrenatural en el descapotable rojo & condujo hasta el fin de la tarde, en una playa; donde se sentó a ver la p
uesta de sol e imaginar que el mundo entero le pertenecía. Pero no, ella no sabía que el mundo entero le quedaba pequeño.



martes, 2 de abril de 2013

En tus sábanas.. Borrador.

La sintió retorcerse detrás de él en la cama, dando una vuelta y acurrucándose en las sábanas.
Se despertó. Y lo primero que notó fue eso, a ella dando vueltas en su cama.Sonrió & se giró para verla dormir. Para él era lo mas maravilloso que le había pasado hasta el momento. La tenía ahí  frágil, pequeñita  suave.. & en las sábanas que estaba retorciéndose eran las suyas. Pasó un dedo por sus labios muy suavemente. Ella hizo un gesto y protestó entre sueños. Él volvió a sonreír.
Sinceramente, a él ya le daba igual el motivo por el que había llegado a esa situación; no le importaba si había sido por las cervezas, por la confusión o por la soledad, solo le importaba que ella estaba en su cama otra vez. & haría todo lo posible para que volviese a estarlo.
Él se acurrucó de nuevo contra ella y la abrazó con delicadeza.

Guión 651: Fóllame.

Eran las 4 de la mañana. O las 5, a saber. Tampoco me importaba. El fresco de la madrugada me refrescaba del barullo atronador de la discoteca abarrotada. Necesitaba enfriar la cara y las ideas mientras el cigarrillo se consumía y escrutaba a lo lejos lo que parecía que iba a ser el amanecer. Todo estaba en calma, exceptuando la jodida música que se escuchaba a lo lejos. De pronto, alguien salió de la discoteca dando un empujón fuerte a la puerta, y con ella a mi. Me hizo despertarme un poco de la mezcla de alcohol y la situación bucólica.
Miré y era ella. Como siempre. Venía a rescatarme.
Se apoyó en la pared en el lado contrario de la puerta. Sacó un chestter del canalillo y gimoteó para pedirme el mechero. Tenía el rímel emborronado en los ojos, pero aun así, se podía ver a la perfección el color marrón agranatado de sus ojos.
-Una mala noche..- Susurré.
Ella me miró alzando las cejas.
+Las noches no son malas. Lo malo son las mañanas después de las noches.
Comenzó a hacer O con el humo del cigarro. Perfectos círculos de humo que iban creciendo hasta disiparse finalmente y consumirse con el frío. Acabó el cigarro, lo pisó, y comenzó a caminar. Vi su espectacular melena alejarse en medio de la noche, con su culo meneándose y las botas llenas de barro.
Fui corriendo tras ese culo que me pedía a gritos que le quisiera. Esta vez era yo el que tendría que salvarla a ella.
-Eh! Puedo ayudarte en algo, preciosa?- Le grite mientras corría detrás de ella.
+Si, por supuesto. Sería de gran ayuda en que los capullos como tu se alejasen de las zorras como yo. Gracias. - Me espetó. Y siguió caminando. Me quedé parado hasta reaccionar y volver a correr tras ella.
Vale, no necesitaba que la rescatasen, pero yo sí necesitaba que me rescatasen a mi. Y su culo seguía hablándome.
- Venga, que te hace pensar que soy un capullo?- Me puse delante de ella para impedirle avanzar.
+Que te follaría ahora mismo y te dejaría joderme la vida. Eres ideal para entrar en mis sábanas y en mi cabeza las veces que te apetezca. Pero hoy ya he tenido mi dosis de capullo con alguien que no me ha follado aunque sí me ha jodido la vida. -Me dijo riendo. Aunque sus ojos no mostraban lo mismo.
- Vale. Llámame la semana que viene y prometo ser tu capullo. Prometo que yo te follaré y no te joderé la vida.
+Eso prometiste la semana pasada, querido.
Me miró desafiante, me esquivó y siguió su camino; mientras su melena se enredaba con el alba y su culo me gritaba que me amaba.
Te necesitaba tanto, pequeña..