jueves, 5 de julio de 2012

La misma historia repetida muchas veces.

1. Entonces te das cuenta de repente de qe no tienes los huevos suficientes para alejarte de él, & vuelves, como los mosqitos contra  la luz cegadora, conscientes de qe su destino es un fatídico y trágico final.                                           
                                                                       ***
2. Vuelves a casa con los ojos llenos de rímel. Te miras en el espejo & juras a tu reflejo qe no volverás, qe esa vez es la definitiva. Lloras y lloras, apagas un cigarro tras otro y haces qe las botellas de alcohol se estrellen contra el suelo. Duele. Como ningún dolor físico dolerá jamás. Es algo incurable qe no se borra con ibuprofeno. 
                                                                       ***
3. Cuando estabas a punto de volverte loca, te asomas al vacío. Cielo anaranjado de madrugada. Olor a rocío en la terraza. Cigarro, pero este no sabe a amargura, sabe dulce. El frescor de la brisa de la mañana se lleva tu dolor, tu sufrimiento, el agujero qe se te había formado en el pecho.. Empiezas a ver las cosas mas allá de él. Te imaginas feliz. Sola & feliz. Una sonrisa se te dibuja en la cara y ese es el principio de algo bueno. Lo sabes. Eres fuerte.
Pero..¿Qién llama a la puerta? Mierda.. es él.


(Vuelve a empezar)